La pandemia tomó al estado con una economía a la baja. En 2019, se registró el menor crecimiento económico de la actual administración estatal. En 2020, en Tamaulipas la confianza empresarial ha ido cayendo constantemene. El ánimo para invertir en el estado ha bajado de 54% en el primer trimestre, a un lamentable 37% en el tercer trimestre del año. En materia de empleo formal, fue un pésimo año. En el estado el acumulado al tercer trimestre del 2020 fue de -9,958 empleos formales perdidos, lo que equivale a más de 36 empleos formales perdidos diariamente durante los primeros tres trimestres del 2020.
Por otro lado las cifras en reducción de la informalidad en el estado han sido positivas. Del tercer trimestre de 2019 al tercer trimestre de 2020, la informalidad se ha reducido en la entidad de 43.2% a 40.1%. En cuanto a la meta de reducir el porcentaje de la población que no puede adquirir canasta alimentaria con su ingreso laboral la situación empeoró de 33.3% en el tercer trimestre de 2019 a 39.4% al tercer trimestre del 2020.
Una vez decretada la emergencia sanitaria derivada del COVID-19 y con la suspención a la actividad en la mayoría de los sectores productivos, sin medidas efectivas de alivio, ni estímulos fiscales del Gobierno Federal y medidas superfluas en materia económica en el estado, el estancamiento económico se acentuó. La incertidumbre permance. En general, lo que se percibe es que la recuperación se está desacelerando y que incluso con la vuelta al semáforo rojo en el Valle de México y en otras entidades, podría revertirse.
Los primeros 2 años del Gobierno Estatal actual, tuvieron un crecimiento económico sostenido, en el tercer año vimos un estancamiento y en el cuarto año hemos visto una recesión económica habitual derivada de la pandemia. Para el año porvenir se estima un crecimiento económico en la entidad considerable (por encima del 4%).
El escenario para 2021 es adverso pero podría tornarse positivo si desde el gobierno se actúa con sensatez y con visión de largo plazo. Nuestro llamado es a que pese a que será un año en el que se vivirá un proceso electoral, sin filias ni fobias ideológicas o políticas, trabajemos de la mano entre autoridades y sector empresarial para sacar a México adelante.