México requiere de una regulación que articule, promueva y proteja a la apicultura, una actividad fundamental para la seguridad alimentaria y la preservación del medio ambiente, afirmó el senador Ricardo Monreal Ávila.
El presidente de la Junta de Coordinación Política explicó que se trata de una de las actividades agropecuarias más ancestrales, relacionadas con la crianza de las abejas, fundamental para la regeneración de los ecosistemas.
Monreal Ávila participó a distancia en el segundo foro “Diálogo sobre la Legislación y el Desarrollo de la Apicultura en México”, que organizó la Comisión de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural.
En el encuentro, el también coordinador de Morena explicó que en México alrededor de 43 mil apicultores producen cerca de 57 mil toneladas de miel cada año, con poco más de dos millones de colmenas.
Promover la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible por medio de la apicultura, dijo, contribuye a erradicar el hambre, pues esta actividad económica provee de comida nutritiva a miles de personas, impulsa el desarrollo del campo y la protección del medio ambiente.
Pero también, asentó, la apicultura ayuda a lograr que bosques, montañas, ríos, acuíferos, lagos y humedales puedan conservarse en buen estado, lo que permite una gestión sostenible del agua.
Las abejas, destacó, son fundamentales para cumplir los objetivos del desarrollo sostenible de la Agenda 2030, como la erradicación de la pobreza, así como garantizar el bienestar e impulsar el trabajo de miles de familias que se dedican a la apicultura.
Por ello, Monreal Ávila aseguró que este foro ayudará a aterrizar las diversas propuestas para alcanzar una legislación moderna y eficaz. Es necesaria una legislación y políticas públicas, que promuevan y protejan a la apicultura, pues de ello dependerá nuestra sustentabilidad ambiental y económica, asentó.
El senador Ovidio Peralta Suárez, de Morena, indicó que 84 por ciento de los cultivos comerciales que alimentan a la humanidad dependen de la polinización. Por ello, subrayó, “la protección a la apicultura nos debe preocupar a todas y a todos”.
El trabajo apícola representa un factor económico para diversas regiones productivas del país, pues sólo en 2020, representó un ingreso de cerca de tres mil millones de pesos. “Estamos ante un doble beneficio: la producción de miel y los procesos de polinización”.
Las y los legisladores, acotó, deben hacer lo posible para crear un marco legal que fortalezca, potencie y desarrolle de manera sustentable esta actividad.
A su vez, el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, del PRI, recordó que ya existe un proyecto para crear una Ley General para la Apicultura; sin embargo, no hay acuerdo en los planteamientos sobre formas de organización, obligaciones y derechos de apicultores, así como las facultades de las autoridades.
El proyecto, detalló el legislador, reconoce a las abejas como especie de protección prioritaria para la conservación de la biodiversidad, pero advirtió que se debe declarar a la apicultura en estado de emergencia, pues de otra forma se quedará corto el alcance de la legislación.
Las abejas, agregó, se enfrentan a múltiples peligros como el cambio climático y la acción del hombre sobre su hábitat. “Estamos convirtiendo en zonas agrícolas lo que antes eran selvas y bosques bajos, que servían para que esta especie pudiera vivir a través de la polinización”.
La senadora Mayuli Martínez Simón, del PAN, dijo que Quintana Roo está entre los 10 estados que más producen miel, por lo que “nuestros apicultores requieren financiamiento, equipamiento, así como trabajo de investigación”.
“En México existen miles de apicultores y su producción para la exportación genera alrededor de 120 millones de dólares. Además de tener un papel fundamental, las abejas, como polinizadores, garantizan la floración, el desarrollo de la naturaleza y el acceso a productos como miel y derivados apícolas”, enfatizó.