En marcha, los esfuerzos del Gobierno para reducir el uso de glifosato

El Gobierno de México trabaja de manera firme y continua para cumplir el Decreto presidencial del 31 de diciembre de 2020, el cual ordena la reducción gradual, y posterior eliminación en enero de 2024, del uso del herbicida glifosato en el país, a la par que se prohíbe también el maíz transgénico, afirmó el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria, Víctor Suárez Carrera.

Al encabezar la conferencia 26 del ciclo Autosuficiencia Alimentaria e Innovación Tecnológica, que organiza la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el funcionario afirmó que en el país existen en proceso de desarrollo múltiples y muy ricas experiencias de agricultura sustentable, con reducción o eliminación de glifosato y de otros agroquímicos.

Los protagonistas son productores de pequeña y media escala beneficiarios del Programa Producción para el Bienestar (PpB), y los de gran escala están incorporándose a esta tendencia, subrayó.

Esas experiencias ocurren en la Estrategia de Acompañamiento Técnico (EAT) de PpB, con el apoyo medular de técnicos agroecológicos y de productores innovadores –quienes ya tienen trabajo avanzado de prácticas sustentables–, dijo en la conferencia denominada Transición Agroecológica de Productores de Pequeña y Mediana, sin Glifosato, en donde técnicos y productores de localidades de Chiapas, Jalisco, Michoacán, Oaxaca y Guerrero, expusieron sus prácticas y resultados.

El subsecretario señaló que la EAT se implementa en 34 regiones, que involucran 500 municipios en 27 estados, desde Chihuahua, Sinaloa y Tamaulipas hasta Veracruz, Chiapas y la península de Yucatán, y su objetivo es mejorar la autosuficiencia alimentaria de maíz, frijol, milpa, trigo, arroz, café, caña de azúcar, cacao, amaranto, chía, miel y leche.

El director en jefe del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), Francisco Javier Trujillo Arriaga, subrayó que el espíritu del Decreto presidencial del 31 de diciembre de 2020 establece claramente sustituir el herbicida glifosato por tecnologías agroecológicas y no por otra sustancia química, que pudiera tener efectos nocivos con el medio ambiente o la salud humana.

Indicó que es prioridad de la Secretaría de Agricultura ofrecer a los productores nuevas técnicas que generen la confianza del usuario y permitan mantener la alta capacidad productiva y rentabilidad que tiene el campo mexicano en la actualidad.

Invitó a los desarrolladores de técnicas agroecológicas del país a acercarse al Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), la autoridad competente de Agricultura para generar productos de innovación tecnológica, que actualmente trabaja proyectos piloto para la sustitución del glifosato.

José Atahualpa Estrada, participante de la Estrategia de Acompañamiento Técnico, refirió que ésta tiene como objetivo desarrollar las capacidades de las y los productores a sistemas más sustentables y resilientes con trabajo que se enfoca en suelo, planta y ambiente.

La EAT, indicó, involucra no sólo lo técnico, sino también el desarrollo rural, la organización de los productores, la revaloración del conocimiento de los productores y el diálogo de saberes que se establece entre técnicos y científicos. Además, propicia el relevo generacional al integrar el trabajo de Jóvenes Construyendo el Futuro que trabajan de la mano de sus tutores campesinos.

Precisó que en el país existen 556 Escuelas de Campo (ECAS) para el cultivo de granos -cuyo propósito es actuar como faros agroecológicos–. Se ubican en 177 municipios de 21 estados; de ellas 477 son de maíz, 71 de milpa, 15 de frijol y tres de arroz. Cada Escuela cuenta con un productor innovador, que es el líder del desarrollo participativo de la región, y de ellos 18 por ciento son mujeres.

Estrada Aguilar dio indicadores respecto del avance de la EAT en un comparativo de los ciclos primavera/verano 2020 contra 2019 en lo relativo específicamente a maíz y milpa. En todas las Escuelas de Campo creció significativamente el número de prácticas agroecológicas adoptadas, en particular las de conservación y mejoramiento de suelos, nutrición de cultivos y fortalecimiento de la biodiversidad. En las ECAS de maíz el número de prácticas subió de 2.5 a 10 y en las de milpa de 3 a nueve.

Dijo que en las Escuelas de Campo de maíz en 2019 un total de 311 usaban herbicida y para 2020 la cifra bajó a 200, en cuanto a glifosato, el número de Escuelas que lo utilizaron en 2019 bajó en 57 por ciento al año siguiente. En el caso de milpa, hubo también una reducción significativa, y hoy sólo cinco ECAS usan glifosato.

También, comentó que en las ECAS bajó la inversión en agroquímicos: en las de maíz pasó de tres mil 300 a mil 500 pesos por hectárea, y en bioinsumos subió la inversión, de 300 a dos mil 200 pesos por hectárea (contabilizado aquí la producción de bionsumos que realiza el propio campesino). En milpa ocurrió algo similar: se redujo en 70 por ciento el gasto en agroquímicos y creció en 350 por ciento la inversión en bioinsumos.

Expuso que se ha dado un incremento en los rendimientos por hectárea. En las ECAS de maíz se incrementaron de 2.3 a 2.5 toneladas por hectárea. Si bien el aumento es modesto, es significativo considerando que se implementaron prácticas agroecológicas y que los productores han debido enfrentar sequía, heladas y ahora lluvias intensas.

Productores de la Ciénega de Jalisco, del municipio de Tila, Chiapas; de la región de Valles Centrales, Oaxaca; de Angamacutiro, Michoacán, y de Ometepec, Guerrero, participaron en la conferencia junto con sus técnicos agroecológicos de la EAT.

Comentaron sus experiencias particulares, todas con resultados positivos en costos, rendimientos y cosechas saludables.

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