Por Víctor Molina
Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Aún de que se presentaron precipitaciones pluviales durante estos últimos meses del año, Tamaulipas todavía no está a salvo de sufrir sequías en el 2022, pues el 54 por ciento de los habitantes que se ubican en la región fronteriza, corren el riesgo de no tener agua ni para beber.
Raúl Quiroga Álvarez, experto en la materia hidráulica, dijo, que el futuro incierto que enfrenta la población de la zona norte por la crisis que tiene la Cuenca del Río Bravo, así como la cuenca del Río San Juan, las cuales entregan agua a esta región del estado tanto para riego, como para el consumo humano.
Las cuencas, explica, están agotadas y las presas internacionales como la Amistad y la Falcón, actualmente solo tienen un almacenamiento de 366 millones de metros cúbicos de aguas nacionales, que son insuficientes para atender la demanda que se requiere.
Por ejemplo la Amistad tiene un almacenamiento del 13 por ciento en tanto la Falcón, guarda únicamente el 10 por ciento, por lo que entre ambas tienen 366 mm3 de agua.
Sin embargo la frontera tiene un requerimiento de un mil 600 mm3 de agua, por lo que existe un déficit de 1 mil 234 mm3 que nadie sabe de dónde los van a sacar para atender para el consumo humano y para la agricultura en el Distrito de Riego 025.
Ello, dice, sin contar los 461 mm3 que México está obligado a pagar a Estados Unidos, en caso que lo exijan los agricultores texanos.
“El problema es que, en la frontera norte de Tamaulipas, no hay agua suficiente ni para atender el consumo humano que tienen las ciudades de Nuevo Laredo, Guerrero, Mier, Camargo, Miguel Alemán, Díaz Ordaz, Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso y Matamoros, ya que las presas están secas”, concluyó.