El multimillonario empresario Elon Musk visitó hoy la planta de su compañía de automóviles eléctricos Tesla en Grüneheide, cerca de Berlín, para agradecer a los trabajadores que hayan reanudado la producción solamente una semana después del sabotaje de «ecoterroristas» de la fábrica.
El propietario de Tesla subió sobre las 10.25 GMT una tribuna en la fábrica con uno de sus hijos, X Æ A-12, según las imágenes filtradas a los medios de comunicación como la cadena NTV y el diario BILD, el más leído en Alemania.
Según el periódico, Musk fue recibido con aplausos por «miles» de trabajadores, ante quienes agradeció su esfuerzo y la rápida reanudación de la producción de la planta solamente una semana después del ataque incendiario contra una torre eléctrica en la gigafactoría que fue reivindicado por un grupo de extrema izquierda.
El empresario aseguró que no se toma a la ligera «lo que pasó aquí». «Estoy feliz de que podamos empezar de nuevo», indicó.
También prometió a los trabajadores aumentos salariales anuales, una mejor comida y generosas condiciones de arrendamiento para sus vehículos de empresa. Además, se mejorará el transporte en autobús hasta la fábrica y se introducirá un sistema de bonificación, dijo, siempre de acuerdo a BILD.
La presidenta del comité de empresa, Michaela Smitz, indicó previamente en la emisora de radio rbb24 que los trabajadores cobraron su salario íntegro durante la interrupción de la producción.
El director de la gigafactoría de Tesla en Alemania, André Thierig, afirmó el mismo día del ataque contra la torre de alta tensión que la obligada paralización de la producción costará al fabricante estadounidense cientos de millones de euros.
Tras el sabotaje, Musk cargó en la red social X contra los supuestos autores del atentado incendiario, denominado «grupo Volcán» (Vulkangruppe)».
«O bien son los ecoterroristas más tontos del planeta o bien son marionetas de aquellos que no tienen buenos objetivos ambientales», afirmó.
«Detener la producción de vehículos eléctricos, en lugar de la de vehículos a combustibles fósiles, es extrem dumm (extremadamente tonto, en alemán)», remachó.
La gigafactoría está envuelta en la polémica desde su construcción debido a su supuesto impacto para el agua del subsuelo en la región, y en las últimas semanas surgieron además alegaciones sobre las aguas residuales de la planta, que según un informe filtrado a la prensa superan los límites permitidos para sustancias tóxicas.
Los planes para expandir la fábrica, que da trabajo a unos 12.000 empleados, han chocado con el rechazo frontal de parte de los residentes de la zona y de grupos ecologistas, que el jueves pasado lanzaron una ocupación de una parcela boscosa contigua para impedir que puedan realizarse las obras correspondientes.
El magnate estadounidense aterrizó en Berlín en su avión privado y fue llevado junto a su equipo en tres vehículos Tesla Y a la fábrica, ubicada a unos 40 kilómetros de la capital alemana, en el estado federado de Brandeburgo.
Musk tiene previsto reunirse también con el jefe de Gobierno de Brandeburgo, Dietmar Woidke, y su ministro de Economía, Jörg Steinbach.
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