Las autoridades sanitarias de Japón están en estado de alerta ante un brusco aumento en las infecciones por una variante poco común de estreptococo, capaz de causar enfermedades graves con una tasa de mortalidad del 30%. El Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (NIID) ha confirmado un alarmante incremento de casos, alcanzando un récord de 941 pacientes de infecciones estreptocócicas invasivas graves (TSLS) en 2023, y 517 casos en lo que va de año, triplicando las cifras del año anterior.
Según datos recientes del organismo, el epicentro de este preocupante brote se concentra en la región de Kanto, especialmente en Tokio, donde se han reportado 88 casos, la mayoría de ellos en pacientes en cuarentena. Este incremento también se ha observado en otros países como Suecia, Argentina y Canadá.
Las infecciones por esta variante de estreptococo pueden derivar en el síndrome de choque tóxico estreptocócico (STSS), una condición con una mortalidad del 30%. Los síntomas incluyen dolor en las extremidades y fiebre, y pueden progresar rápidamente, incluso causando necrosis en las extremidades, motivo por el que se la conoce como la ‘bacteria carnívora’.
Las autoridades sanitarias japonesas atribuyen este preocupante aumento a la relajación de las medidas de prevención adoptadas durante la pandemia de covid-19. La cepa altamente contagiosa M1UK, que ha estado propagándose en el Reino Unido desde la década de 2010, también se ha identificado como un factor importante en la propagación de estas infecciones en Japón.
En respuesta a esta crisis, las autoridades japonesas lanzaron una campaña de concienciación en enero para prevenir infecciones y están realizando análisis para determinar las cepas de los contagios. Tras registrar 268 casos de STSS en 2014 y 894 casos en 2019, la cifra descendió durante los dos años de cierre fronterizo debido a la pandemia de covid-19, pero ha vuelto a aumentar en 2022.
En una rueda de prensa reciente, el portavoz gubernamental, Yoshimaha Hayashi, advirtió sobre el aumento de enfermedades respiratorias desde la época de la covid-19, tanto en Japón como en otros países, lo que ha contribuido al incremento de estas infecciones mortales.