La edición 40 de WrestleMania, celebrada en Philadelphia, Pennsylvania, quedará grabada en la historia de la lucha libre profesional gracias al emocionante enfrentamiento entre Cody Rhodes y Roman Reigns. En un mano a mano bajo las Bloodline Rules, Rhodes logró una impresionante victoria sobre el hasta entonces campeón, coronándose como el nuevo Campeón Universal Indiscutido de WWE.
El combate estuvo cargado de momentos intensos y emocionantes desde el principio hasta el final. Rhodes y Reigns se enfrentaron sin descalificaciones, lo que permitió toda clase de interferencias y ataques. Desde el inicio, Rhodes demostró su determinación al arrinconar a Reigns y lanzarlo contra los escalones de acero, pero el campeón respondió con ferocidad, utilizando un palo de kendo para contraatacar.
A lo largo del enfrentamiento, ambos luchadores intercambiaron golpes y movimientos espectaculares, manteniendo a los fanáticos al borde de sus asientos. Rhodes logró conectar su característico Cody Cutter y su icónica Bionic Elbow, pero Reigns demostró su resistencia y habilidad al contrarrestar con movimientos propios, como su versión del Cross Rhodes.
Tras su triunfo, Rhodes celebró junto a su familia, amigos y compañeros, agradeciendo a Bruce Prichard y Triple H por permitir su regreso a WWE dos años atrás. Con este título, Rhodes pone fin al histórico reinado de 1316 días y 30 defensas exitosas de Roman Reigns como Campeón Universal, así como al ciclo de 735 días que acumuló con la versión separada del Campeonato de WWE.
La noche culminó con una emotiva celebración y el reconocimiento a Rhodes como el nuevo Campeón Universal Indiscutido, marcando un hito en su carrera y en la historia de WWE.