La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, ha señalado que Estados Unidos se beneficia de la “abundante” inmigración transfronteriza, a pesar de que esta genera tensiones políticas, siendo un componente esencial en el sólido crecimiento económico previsto para este año y el próximo.
Durante una rueda de prensa en las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial, Georgieva destacó que la inmigración proporciona a Estados Unidos una ventaja comparativa en términos de mano de obra, aunque reconoció que no todos los migrantes contribuyen de manera positiva a la economía. Sin embargo, señaló que este flujo de mano de obra ayuda a mantener los salarios y los costos laborales de las empresas bajo control.
El pronóstico del FMI indica que el crecimiento económico de Estados Unidos pasará del 2,5 % en 2023 al 2,7 % este año, en parte debido a la contribución de la inmigración. A pesar de enfrentar desafíos como altas tasas de interés y una inflación persistente, la economía estadounidense sigue superando las expectativas de los economistas y se espera que sea un motor clave para el crecimiento económico mundial en el año en curso.
La directora del FMI subrayó la importancia de la inversión en capital humano y el desarrollo de una fuerza laboral más dinámica para mantener el éxito económico a largo plazo.