En su más reciente informe anual sobre derechos humanos, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha señalado a México por dejar sin resolver la mayoría de los casos criminales, incluyendo homicidios, torturas, secuestros, trata de personas y extorsiones. Según el reporte, esta situación ha contribuido a mantener altos niveles de violencia y explotación en el país.
El informe destaca como principales problemas en materia humanitaria los homicidios, la tortura, las detenciones arbitrarias, el narcotráfico, la violencia de género y la violencia contra el colectivo LGTBIQ+. Además, resalta que no se han observado “cambios significativos” en la situación de derechos humanos en México, y que en muchas regiones del país, las organizaciones dedicadas al tráfico de personas continúan operando con complicidad de las autoridades locales.
Uno de los aspectos preocupantes señalados en el informe es la persecución a migrantes y solicitantes de asilo por parte de grupos delictivos, así como por parte de la policía, funcionarios de inmigración y agentes de aduanas. También se destaca la falta de libertad de expresión, con “serias restricciones” y el “descrédito oficial” a periodistas por parte de políticos, incluyendo al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Aunque se reconoce la detención de funcionarios acusados de cometer abusos contra los derechos humanos, el informe también recoge denuncias de ONG sobre descrédito a su trabajo por parte de autoridades mexicanas, evidenciando la persistencia de desafíos en materia de derechos humanos en el país.