Al menos 30% de cada litro de los combustibles que se vende en el país no es gasolina, es decir, es producto adulterado.
En conferencia, Andrés Gutiérrez, expresidente de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (Ampes), aseguró que esta situación se presentaba principalmente en estados como Sonora, Sinaloa, Querétaro, Hidalgo y Estado de México, sin embargo, es un problema que ya se ha extendido también a la Ciudad de México.
Este problema tiene un impacto directo en los equipos de las estaciones de servicio, pues los deteriora y reduce su vida útil.
Del mismo modo afecta directamente a los clientes finales, toda vez que también daña los vehículos.
Sin embargo, entre los impactos más importantes que está generando el combustible adulterado, se encuentra el daño al medio ambiente, pues emiten gases contaminantes altamente cancerígenos, y que influyen directamente en los constantes estados de contingencia.
Explicó que en cada litro de combustible que se vende en el país, 70% es gasolina, sin embargo, 20% son naftas y de 5% a 10% son alcoholes.
AUTOCONSUMOS
Aseguró que este producto se vende principalmente en los llamados “autoconsumos”, es decir, patios o instalaciones en los que se venden gasolinas y que en su mayoría no tienen los permisos correspondientes por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), pero que aun así están operando.
Dijo que actualmente hay vigentes cerca de 13 mil 500 estaciones de servicio en el país y 325 autoconsumos legales, sin embargo, se calculan más de 21 mil instalaciones de este tipo que trabajan en la ilegalidad, pues no cuentan con permisos.
«Hay más autoconsumos ilícitos que gasolineras, lo que le pega de manera importante al sector gasolinero, que le dejan de comprar producto (al mercado formal). Es un problema que está presente”.
Reconoció que las mezclas ilegales, que se hacen de naftas y alcohol para integrarse a las gasolinas, es un producto que también llega a las gasolineras, aunque dijo que no en todos los casos el gasolinero tiene conocimiento de esta situación, pues el producto lo compran con un distribuidor autorizado y que en teoría cumple con las normas de calidad establecidas.
No obstante, “puede ser que el mismo comercializador con el transportista hagan la mezcla y llega a la estación un producto que no es el que compró el cliente”.
Aseguró que en ocasiones son los transportistas los que alteran en producto, pues se ha detectado que el producto que los gasolineros compran a Pemex, no siempre llega en buenas condiciones, es decir, algunas pipas llegan adulteradas y otras con producto que no salió de las terminales de la petrolera, una situación ilícita que hacen durante la ruta logística.