Varias ciudades del noreste de Estados Unidos entraron este martes en alerta por una ola de calor que de acuerdo con las previsiones será larga y con temperaturas máximas que se acercarán a los 40 grados Celsius y afectará a más de 73 millones de personas.
En su última actualización, el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, en inglés) aseguró que «es probable que se registren récords diarios generalizados de calor diurno, con la posibilidad de algunos récords mensuales».
Advirtió, además, que «la llegada temprana del calor, su persistencia durante varios días y los vientos ligeros aumentarán el peligro más allá de lo que los valores exactos de temperatura podrían sugerir».
Se espera que las máximas temperaturas ronden entre los 37,8 grados y los 40,5 grados Celsius.
Las regiones más afectadas por la ola de calor desde este martes y durante los próximos días serán Los Grandes Lagos, el valle del río Ohio y Nueva Inglaterra.
La ciudad de Chicago está en nivel 4 -de un máximo de 4- de riesgo, considerado extremo, según el NWS.
Otras ciudades en esa misma categoría son Cincinnati o Toledo, en Ohio; Grand Rapids, en Míchigan; Louisville, en Kentucky; o Cedar Rapids, en Iowa.
En los próximos días otras ciudades importantes como Washington, Detroit (Míchigan), Cleveland o Columbus (Ohio), Pittsburgh (Pensilvania), Indianápolis (Indiana) o Nashville (Tennessee) también alcanzarán ese nivel.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, recomendó a la gente que «se mantenga hidratada, evite la actividad excesiva al aire libre y, de ser necesario, visite un refugio climático cercano».
Se espera que la ola de calor tenga afectaciones no solo en la salud pública, sino también en la producción industrial y la infraestructura.
El NWS advirtió que «este nivel de calor extremo inusual y/o prolongado, con poco o ningún alivio durante la noche, afecta a cualquier persona que no tenga un enfriamiento efectivo y/o una hidratación adecuada».