Tania Morales se encontraba a unas cuadras de la Plaza Murillo cuando comenzó el intento de golpe de Estado por parte de militares en Bolivia.
La defensora de derechos humanos y fundadora de la Asociación para las Infancias Transgénero, originaria de México, se encontraba en La Paz como ponente en la Convención Internacional de Familias por la Diversidad Sexual, un evento que se realiza cada tres años y esta vez tuvo su sede en esta ciudad latinoamericana.
«Estábamos saliendo de comer y escuchamos en una estación de radio en un comercio público lo que estaba ocurriendo y también el ajetreo de la gente», contó Morales a Grupo REFORMA.
«Se veía un ambiente de mucha tensión en las calles y de desconcierto, de miedo. Bolivia es un país que tiene en su historia reciente varios golpes de Estado entonces la gente se veía alterada en su rutina diaria para cerrar sus negocios o cancelar sus actividades y volver a su casa».
El hotel en el que se hospedó se ubica en los alrededores de donde este 26 de junio, el General Juan José Zúñiga en compañía de otros elementos del ejército irrumpió en la Plaza Murillo, donde se ubica el Palacio de Gobierno, e intentó perpetuar un golpe de Estado al Gobierno de Luis Arce.
Morales relató que regresaba de comer en compañía de 16 personas mexicanas cuando se desataron los altercados.
«Me tocó estar cuando desde los vehículos militares lanzaron granadas de gas lacrimógeno y balines para dispersar a la gente que comenzaba a congregarse. Por unos momentos todo fue confusión, carreras, miedo y junto con otras y otros integrantes de la delegación mexicana que asiste al Congreso regresamos tan rápido como pudimos al hotel», agregó.
Contó además que su regreso fue complicado porque, para su mala suerte, tiene un pie fracturado y llevaba un zapato ortopédico.
El grupo se puso en contacto con la Embajada mexicana, que, según dijo Morales, respondió de inmediato pidiéndoles que se resguardaran en el hotel, con sus documentos identitarios a la mano, y a la espera de indicaciones.
Unas horas después, el Presidente Luis Arce reemplazó a su cúpula militar y el nuevo General ordenó el repliegue de las fuerzas armadas. Zúñiga y los tanques que habían invadido la plaza se retiraron poco a poco, dando paso a grupos de civiles que celebraron en compañía del Mandatario.
«El orden se va restableciendo poco a poco y esperemos que eso permita que el Congreso internacional que nos convocó pueda llevarse a cabo según los previsto», dijo Tania.
«Esto sería un mensaje claro de las autoridades de Bolivia para entender que los hechos que ocurrieron este mediodía no alcanzaron consecuencias mayores».