La planificación asertiva es una herramienta valiosísima para la obtención de resultados. El manejarse solamente de una manera “empírica” en la mayoría de ámbitos de nuestras vidas es algo no tan recomendable. Es cierto que la vida puede llegar a ser muy incierta, pero en todo aquello que podemos tener la oportunidad de planificar, es de sabios hacerlo.
Esto sin duda coadyuva para procesos de toma de decisiones, de análisis y formulación de estrategias y/o guías para la detección de áreas de oportunidad. Las empresas y entes públicos, los equipos, etc., que apuestan por procesos de planeación y formulación de estrategias, generalmente llegan a ser exitosos.
Desde procesos de detección de necesidades, fortalezas y debilidades, análisis factoriales sobre la realidad imperante, capacitación, discernimiento de problemáticas, atención oportuna para mejoramiento, liderazgo personal y grupal, trazar objetivos, etc. Existen muchos elementos que se toman en cuenta para preparar estrategias efectivas que realmente hagan una diferencia cualitativa.
Todo esto ayuda para la formulación e implementación de Planes de Desarrollo Institucionales, Programas Operativos Anuales, Matriz de Indicadores de Resultados y otros elementos dentro de los procesos de planeación. Muchos no le toman la importancia necesaria y esto genera un estancamiento en la productividad y competitividad.
Metodologías como la utilización del Presupuesto basado en Resultados (PbR) que ahora más se utiliza en entes públicos son necesarios y por demás eficientes cuando su implementación es la adecuada. El (PbR) tiene como uno de sus fines generar información que permita a los gobiernos tomar decisiones eficientes y acertadas en materia de gasto así como ofrecer la información que demanda la sociedad.
Busca medir el volumen y la calidad de los bienes y servicios públicos mediante la asignación de recursos a aquellos programas que sean pertinentes y estratégicos, así como el impacto que éstos generan en la sociedad como también el enfocarse más en los resultados de la actividad de los gobiernos, que en los insumos que se requieren para ello.
Si el enfoque es adecuado y la implementación eficiente, los resultados sin duda se darán. Esto si lo mezclamos con estudiar a teorías de economistas como las de Adam Smith, Karl Marx, John Maynard Keynes, Milton Friedman, entre otros, nos abre una visión más amplia para mejorías sustantivas.
Una interesante lectura que les recomiendo de igual manera es la del libro (Why Nations Fail: The Origins of Power, Prosperity, and Poverty) “Por qué Fracasan los Países”, de Daron Acemoğlu y James A. Robinson. Recientemente leía un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en donde marcan serias preocupaciones y grandes retos económicos y sociales para el mundo en años venideros.
En el caso de nuestro nación, avanzamos fuerte en ciertos sectores y en otros tenemos en verdad que enfocarnos adecuadamente para mejorar. Hay mucho por hacer y es tarea de todos el que nuestro país salga adelante. No politizar tanto el ambiente y el ser congruentes entre lo que es nuestra realidad y lo que tenemos que hacer para mejorarla.
En el futbol les encantaba al “establishment” el decir y escuchar el que éramos los “Gigantes de la CONCACAF” y miren cómo estamos en la actualidad. El falso triunfalismo genera un abismo entre lo que es y lo que debería ser. El avanzar es cuestión de mentalidad y de resultados generados por procesos eficientes y no por sistemas manejados por intereses grupales y políticos.
Bien lo llegó a decir Bill Gates “Está bien celebrar el éxito pero es más importante el poner atención en las lecciones que nos dan los fracasos”. Culmino esta colaboración con el inicio de un hermoso escrito de Mario Benedetti, el cual recomiendo altamente lo lean al menos en una ocasión:
“La Gente Que me Gusta”:
“Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.”
La antítesis…
Valió máuser aquello de “Sufragio efectivo no reelección”. ¿Quién dijo que se había acabado la dictadura “perfecta”? ¿Y no decían y criticaban que era AMLO el que se relegiría y que buscaba ser dictador? En verdad están para el perro, la vergüenza no es algo en su vocabulario.
Muy mal, muy mal, muy mAlito…