Milwaukee se ha convertido en el epicentro de una mezcla de apoyo y rechazo en torno a Donald Trump. La ciudad, conocida por su pasado socialista y su fuerte industria cervecera, recibió a miles de seguidores del magnate durante la Convención Republicana. Sin embargo, los ecos de su historia progresista y las nuevas corrientes sociales en Wisconsin no se hicieron esperar.
Desde principios del siglo XX hasta 1960, Milwaukee eligió varios alcaldes socialistas, incluyendo figuras destacadas como Victor Berger, quien hizo historia como el primer legislador federal socialista en Washington. La ciudad sufrió una fuerte desindustrialización en los años 70, lo que incrementó la pobreza y la segregación racial. Hoy en día, Milwaukee sigue siendo una de las ciudades más segregadas racialmente en el país.
En este contexto, la figura de Bernie Sanders ha revitalizado algunos de esos movimientos progresistas del pasado. Ayer, cientos de activistas se unieron en una marcha para mostrar su rechazo a Trump y su movimiento «Make America Great Again». La coalición, formada por defensores de los derechos de los migrantes, mujeres y la paz, dejó claro su descontento con la presencia de los conservadores en la ciudad.
Omar Flores, uno de los líderes de la protesta, expresó que los ultras conservadores no son bienvenidos en Milwaukee y que estarán presentes para oponerse a sus ideas. Aunque esta fue la única manifestación formal de la semana, la ciudad mostró su oposición a Trump a través de murales, grafitis y espectaculares, muchos de ellos apoyando el movimiento Black Lives Matter.
En medio de la convención, un enorme mural en el centro de la ciudad declaraba que votar es un derecho humano, una clara respuesta a las prácticas de supresión del voto que afectan a las minorías. Milwaukee, una ciudad construida por migrantes, desde europeos hasta latinoamericanos y caribeños, continúa siendo un lugar de contrastes. A pesar del rechazo a las políticas antimigrantes de Trump, el presidente del Partido Republicano del condado de Milwaukee es Hilario Deleon, un joven de origen mexicano que apoya fervientemente al magnate.
Mientras tanto, la ciudad se encuentra bajo estrictas medidas de seguridad con un perímetro controlado alrededor del centro y la arena de la convención. A pesar de la defensa de los republicanos del derecho a portar armas, en esta zona se prohibió estrictamente cualquier arma de fuego, una contradicción notable en sus políticas.
En conclusión, Milwaukee se encuentra en una encrucijada entre su pasado progresista y el apoyo a Trump, reflejando las profundas divisiones en la sociedad estadounidense actual.