El Partido Revolucionario Institucional vive momentos críticos por la disputa del control político nacional, entre la apatía y la indiferencia de simpatizantes y militantes, así como entre impugnaciones y demandas laborales.
Algunos estados con presencia priista ya sufren las calamidades financieras y políticas por los pésimos resultados electorales.
Los malos gobiernos y políticos corruptos del pasado emanados del PRI han propiciado que el partido vaya a la baja y con amplias posibilidades de desaparecer de la escena política.
La permanencia política del PRI está en riesgo y poco pueden hacer los comités directivos estatales y que decir de los municipales ante la falta de recursos y la raquítica militancia que los apoya, por años los resultados le han sido adversos en comicios federales y locales en los que han participado.
Es frecuente el hablar del Revolucionario Institucional, un partido político popular con más de 90 años vigente y muy rentable en sus épocas, con grandes reformas y promotor de instancias gubernamentales vitales para la vida de México, hoy llama la atención como un grupo compacto han manejado los destinos del PRI, entre señalamientos diversos y resultados desastrosos en las urnas.
Hoy en Tamaulipas no es la excepción el PRI vive momentos difíciles, la Fiscalía General de Justicia del Estado aseguró las oficinas que albergan al Comité Directivo Estatal, colocando sellos en los accesos de ingreso al inmueble, debido a demandas laborales pendientes de atender desde el año 2017.
Todavía hasta septiembre del 2016 el PRI contaba con todo el poder del estado, después de ser vencido en las urnas por los “Vientos de Cambio” de Francisco Javier Cabeza de Vaca y el PAN, todo fue distinto para el revolucionario institucional en Tamaulipas.
Hasta el 4 de junio del 2016 el PRI fue el partido más rentable políticamente en Tamaulipas, después del 5 de junio de ese año el PAN lo desplazó de manera significativa logrando la gubernatura, la mayoría de curules en el Congreso del Estado y 24 de 43 municipios (Altamira, Antiguo Morelos, Burgos, Casas, Ciudad Madero, Gómez Farías, González, Güemez, Guerrero, Hidalgo, Mainero, Mante. Méndez, Mier, Miguel Alemán, Nuevo Laredo, Padilla, Reynosa, San Carlos, San Fernando, Soto La Marina, Tula, Villagrán y Xicoténcatl), mientras el PRI, Partido Verde y el PANAL sólo obtuvieron 16 ayuntamientos.
Después de esa fecha a la actual el PRI registra otro panorama, muy incierto y con amplias posibilidades de desaparecer en Tamaulipas.
La falta de apoyo ciudadano, de simpatizantes y militantes a eventos partidistas y de sus candidatos es notoria y menor a lo que estaban acostumbrados a registrar, cuando en los buenos tiempos llenaban estadios, plazas y salones de eventos, ahora las concentraciones de priistas son sumamente reducidas.
En el 2019 el PRI contaba con 12 gubernaturas y en 2024 solo tiene 2 (Durango y Coahuila), 9 senadores y 66 diputados federales.
La disputa por lo que aún queda del PRI está vigente, expresidentes nacionales como Dulce María Saurí, Enrique Ochoa Reza y Pedro Joaquín Coldwell se oponen a la reelección de Alejando Moreno y de su equipo compacto.
Las derrotas electorales ya son parte de la dinámica política que vive el partido, el revolucionario institucional cada día está más sujeto al fracaso, las épocas de glamour, bonanzas, vidas de lujos y derroche por parte de algunos dirigentes y connotados priistas quedan en las memorias de la historia del PRI y de la población, hoy se observa un partido fracturado, divido y que se consume.
En pocos meses este organismo pudiera convertirse en un partido satélite con un futuro incierto que tiende a perder su registro.
Lo cierto es que aún el partido tiene militantes optimistas y otros tantos ilusos que con fe y entusiasmo anhelan que Alito haga milagros, por lo que mantienen la esperanza de que resurja un PRI vigoroso, trasformador y triunfante.
No hay PRI que dure 100 años y pueblo que lo aguante, ya veremos..
Así las cosas…
Y Usted, Qué Opina..?
Nos vemos a la próxima…