El ex primer ministro de Israel, Naftali Bennett, ha declarado que Líbano y Hezbollah han comenzado una guerra con Israel tras un ataque mortal en los altos del Golán. Este incidente, que Israel atribuye a Hezbollah, ha llevado a una escalada significativa en la región. Bennett afirmó que ya no se hará distinción entre Líbano y Hezbollah, ya que considera a ambos responsables de las agresiones.
El ataque en los altos del Golán ha dejado más de una decena de muertos, lo que ha provocado que el primer ministro Benjamin Netanyahu regrese a Israel de manera anticipada. Bennett insistió en que Israel debe responder con fuerza, argumentando que la única forma de disuadir a sus enemigos es contraatacar. Según él, es fundamental que el gobierno proporcione seguridad a su pueblo, y si Netanyahu no puede hacerlo, debería permitir que alguien más lo haga.
En su declaración, Bennett pidió acciones concretas contra Líbano y Hezbollah, criticando lo que él ve como una política débil de discursos sin medidas efectivas. Además, instó a Líbano a mover a Hezbollah lejos de la frontera para evitar una guerra total. Afirmó que Hezbollah, al ser parte del gobierno libanés, debe ser alejado hasta el río Litani para detener sus actividades agresivas.
La situación en los altos del Golán sigue siendo tensa, y las declaraciones de Bennett reflejan la gravedad del conflicto. Con esta escalada, la comunidad internacional observa con preocupación los desarrollos en la región, mientras Israel se prepara para una posible respuesta militar.