El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y parte de su equipo de campaña volaron el pasado fin de semana en un jet privado que anteriormente perteneció al fallecido traficante sexual Jeffrey Epstein. Según se informó, el avión fue utilizado para asistir a varios eventos de recaudación de fondos sin que la campaña de Trump estuviera al tanto de su procedencia.
El jet en cuestión es un Gulfstream cuyo número de serie coincide con el de un avión que fue propiedad del multimillonario Epstein, quien fue arrestado por cargos de tráfico sexual infantil y se suicidó en agosto de 2019 mientras estaba en una cárcel federal en Nueva York.
La campaña de Trump, en declaraciones recogidas por el diario The Miami Herald, aseguró que desconocían que el avión había sido propiedad de Epstein y que lo alquilaron a través de una empresa con la que suelen trabajar. La portavoz de la campaña indicó que el jet solo fue usado durante un día.
El avión de Trump, un Boeing 727 conocido como ‘Trump Force One’, sufrió problemas mecánicos durante el fin de semana, lo que obligó al piloto a aterrizar en Billings, Montana, cerca de Bozeman, donde el expresidente tenía programado un evento. Tras este, Trump utilizó el jet que perteneció a Epstein para viajar a otro acto de recaudación en Jackson Hole, Wyoming, y luego a Aspen y Denver.
Epstein, quien fue vecino de Trump en Palm Beach, Florida, fue acusado en 2006 de abusar sexualmente de menores de edad y en 2008 se declaró culpable de solicitar y procurar a una menor para explotación sexual comercial. Después de cumplir una condena reducida, fue arrestado nuevamente en 2019 por cargos federales de tráfico sexual, y posteriormente se suicidó en prisión.
Este incidente ha generado comentarios sobre las conexiones sociales previas entre Trump y Epstein, aunque no existe evidencia que relacione al expresidente con las actividades delictivas de Epstein.