Ciudad Victoria entre fugas, drenajes y baches

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- La política de Gobierno de Victoria, parecería estar supeditada al aguante de los vecinos, mientras no se quejen, no les hagan caso.

Una dinámica que ha resultado muy cómoda para el gobierno municipal, porque la única forma de responder es bajo presión y demanda, y fuera de esta realidad, gobernar resulta cosa de niños.

Los vecinos del cuatro ceros Hidalgo y Juárez, en la colonia Miguel Hidalgo, reportaron hace cuatro meses a la Comapa un desperfecto en la descarga de drenaje, pero como la solicitud no iba acompañada de gritos y protestas, no le dieron mayor importancia.

Tenían razón en el Palacio del 17 Hidalgo, los vecinos aún pueden aguantar más, porque la fuga los incomodó al principio, tanto que le volaron la tapa al drenaje para que el agua fluyera en libertad, hasta que rompió el pavimento, y el ánimo de los vecinos también se diluyó en el maloliente desecho al que ya se acostumbraron.

Ese desánimo citadino, ha contagiado a otros vecinos también, que se vieron doblegados por la indiferencia del presidente municipal, y al igual que los del cuatro ceros, también dejaron fluir el agua negra hasta llegar al río San Marcos.

Eso hicieron los vecinos de la colonia Tamatán, que cansados de tocar la puerta de Comapa y Presidencia, prefirieron abandonar todo y dejar que el agua hiciera lo suyo.

Coleccionaron un montón de oficios de sellado y recibido, pero tampoco había gritos y sombrerazos, así es que no les hicieron caso, porque los empleados ya saben la regla: mientras no vengan a gritar, los vecinos pueden aguantar.

Y es que los vecinos no jalan parejo.

Hay dos o tres que se animan, pero los demás no tienen tiempo, y eso parece saberlo bien el alcalde, que sigue apostándole al aguante social, que siempre le da resultados.

En la calle San Fernando, de la colonia Azteca, Ampliación 3a Etapa, una familia fue condenada a vivir rodeada de aguas negras, y así estuvo por 5 meses, hasta que un día los de Comapa, yo creo les dio pena, fueron y arreglaron la bronca.

O tal vez la medida de aguante que ha impuesto el Gobierno son cinco meses de plazo, no antes, cinco meses y ya, o antes si los vecinos logran ponerse acuerdo y va a gritarle al alcalde, o peor aún, si le anuncian que le van a ir a vaciar hasta la puerta de su Palacio, el desecho objeto del aguante, y entonces puede que les hagan caso.

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