El Gobierno de Suiza ha anunciado la reapertura de su Embajada en la capital de Irak, Bagdad, tras más de 30 años de cierre a raíz del estallido en 1991 de la Guerra del Golfo, en un intento por parte de Berna para «reforzar» las relaciones con el país asiático.
El Ministerio de Exteriores suizo ha señalado en un comunicado publicado en su página web que el país «tiene desde hoy presencia diplomática en Irak» y ha agregado que espera «reforzar las relaciones bilaterales con Irak y profundizar la cooperación a nivel de economía, seguridad y migración».
Así, ha recalcado que había planeado la reapertura «desde hace tiempo» y ha recordado que esta opción fue incluida en la Estrategia para Oriente Próximo y Norte de África 2021-2024. «Tras un periodo de graves conflictos internos, Irak ha registrado una mejora de su contexto político y su situación de seguridad», ha explicado.
«El Consejo Federal reconoce desde hace mucho la importancia de Irak en la región», ha manifestado, al tiempo que ha sostenido que Bagdad «podría materializar próximamente su potencial económico, socavado previamente por años de guerra» y «está emergiendo como un actor político central en la región» por sus «relaciones estrechas con Irán, las monarquías del Golfo y Estados Unidos».
Por ello, ha argüido que la reapertura de su Embajada en Bagdad permite a Suiza «reforzar su papel como un actor en la promoción de paz y la ayuda humanitaria». La legación fue cerrada en 1991 y la oficina de enlace abierta en 2000 fue cerrada en 2008 por motivos de seguridad, tras lo que Berna acreditó a su Embajada en Jordania para las relaciones con Irak.