Pleito de Gattás, ya hartó a la gente

 

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- Todos los municipios de Tamaulipas están trabajando en armonía menos Victoria.

¿Que es lo que lleva a un hombre a imponer su voluntad?, ¿su fuerza?, ¿su dinero?, ¿sus malos asesores? o ¿su complicidad?…

El alcalde Eduardo Gattás Báez, ha mantenido paralizado al Municipio de Victoria desde el día 1 de octubre, cuando el Cabildo le negó el apoyo para designar a su equipo de trabajo.

Ese día que le negaron el apoyo, el mismo secretario del ayuntamiento, Hugo Resendez Silva, estaba tan desconcertado porque no creía lo que había ocurrido, lo cierto es que por primera vez en la historia política de la capital, el Cabildo había tomado su papel de autoridad legítimamente electa y había votado en contra del presidente municipal.

Esto por supuesto que desequilibró al propio Gattás, aunque era un asunto que no lo tomó por sorpresa porque ya sabía que eso podía pasar; él lo había anticipado unos días antes al declarar que habría cambios en su gabinete, y habló de los nuevos perfiles que llegarían y también habló de renuncias de su gente de confianza, entonces ya sabía que se enfrentaría a un poder mayor que el suyo.

La lógica nos indica que si Gattás quiere seguir gobernando con su mismo equipo alguien le está imponiendo otro equipo y él se aferra a no aceptarlo; ahí está la clave del conflicto.

Tan pronto terminó la sesión el día 1 de octubre, llamó a los reporteros para anunciar que la ley le confería la facultad de designar al mismo equipo con el que había trabajado los 3 años anteriores, pero no era del todo cierto, porque la misma ley que él citó también lo obligaba a presentar por ternas su propuesta al Cabildo y el había preferido saltarse ese paso.

A partir de entonces no hay autoridades en el municipio porque no están aprobadas por los síndicos y regidores, y nadie puede firmar ningún documento porque no tienen la atribución para hacerlo y si lo hacen estarían incurriendo en el delito de usurpación de funciones.

El municipio está atorado por decisión de Gattás, esa es la realidad.

Detrás de este asunto que mantiene en desorden jurídico a la capital debe haber una historia que no se ha contado a la sociedad, porque ningún político con juicio y razonamiento sano habría llegado a tanto.

¿A quien está retando Gattás?

Porque es obvio que él cree tener el poder y también cree que tiene libertad para mantener así a la ciudad.

La gente opina en la calle que el municipio ya estuviera funcionando si Gattás no estuviera como alcalde, porque los puestos públicos no se ejercen a capricho sino por reglas establecidas.

El diputado de Morena, Marco Gallegos Galván, integrante de la Comisión de Asuntos Municipales del Congreso del Estado, refiere que ellos como legisladores no pueden intervenir en el conflicto, a menos que las dos terceras partes del Cabildo lo soliciten.

El regidor del PAN, Alfredo Vanzzini Aguiñga, explica que han logrado convencer a 7 regidores del PRI, del PAN y de MC, para solicitar al Congreso del Estado la destitución del presidente, pero necesitan al menos 8 regidores, de tal manera que también ahí existe un freno para proceder.

El alcalde sabe que lo pueden destituir del cargo y aún así continúa en su postura de no ceder ante la presión de quien busca romper con la inercia del municipio.

Ciertamente hay razones para negarle la aprobación de su equipo porque no dieron resultados.

¿Por qué lo eligieron? preguntaría Susana Zabaleta, y la respuesta le llegaría de bote pronto: ¡él se puso solo!

El alcalde sabe bien que las condiciones de abandono de la ciudad llevaron a la gente a votar por Oscar Almaraz Smer el domingo 2 de junio, sin embargo, varios días después de haber ganado el candidato del PAN, los números cambiaron extrañamente a favor de Gattás, y aunque nadie lo creyó tampoco nadie dijo nada.

El propio Almaraz tampoco no impugnó el resultado, ni siquiera el PAN dijo nada por haber perdido un municipio que ya había ganado.

Si Gattás está actuando al margen de la ley, que de hecho así es, los regidores ya hubieran logrado el consenso para solicitar su destitución, pero dentro de esa misma complicidad de intereses también están los regidores, porque es un secreto a voces que alguien les pidió que votaran en contra de él.

El informe que tiene el Gobierno Federal, es que en la capital de Tamaulipas el alcalde tiene paralizada toda la gestión municipal y la gente ya se hartó de quien ni siquiera obtuvo en las urnas la aprobación para continuar al frente del municipio.

 

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