¿Qué le depara al mundo con Trump?

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca marca un hito en la política global, en un contexto mucho más dividido y peligroso que el de su primer mandato.
No hay un país en el mundo en el que no se haya seguido el resultado de las elecciones estadounidenses de este martes.
En 2016, muchos creían que las promesas electorales de Trump no pasarían de ser mera retórica, pero decisiones como la retirada del Acuerdo de París, la salida unilateral del acuerdo nuclear con Irán, la guerra comercial con China y el endurecimiento de las políticas migratorias -como el famoso programa «Quédate en México»– dejaron claro que el magnate cumple sus amenazas.
Si queremos entender qué le depara al mundo, basta observar quiénes son los interlocutores favoritos del republicano en la escena global. La victoria de Trump es también la victoria de algunos autócratas: el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, probablemente ha celebrado con una buena botella de vodka, mientras que el Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán, líder del euroescepticismo, también está de plácemes. Trump muestra simpatía por los líderes fuertes que concentran gran poder y no tiene empacho si su relación con ellos relega las alianzas tradicionales de Washington.
El futuro Mandatario no considera que Estados Unidos deba involucrarse en Ucrania. Ha afirmado que resolverá el conflicto en 24 horas, lo que podría significar presionar al Presidente Zelensky para que acepte un acuerdo desfavorable para Ucrania. No en vano, el Primer Ministro polaco, Donald Tusk, escribió recientemente en X que «la era de la subcontratación geopolítica ha terminado», sugiriendo que la seguridad europea no puede seguir dependiendo de Washington.
La rivalidad con China es uno de los pocos temas en los que demócratas y republicanos suelen estar de acuerdo, pero un segundo mandato de Trump no implicaría una continuidad absoluta en su manejo. Mientras el actual Presidente Joe Biden ha mantenido los aranceles impuestos por su antecesor y ha restringido el acceso de China a tecnología occidental, Trump amenaza con nuevos aranceles. Trump está dispuesto a imponer aranceles contra el mundo entero si considera que eso beneficia a su país.
El multilateralismo no tiene cabida en la visión de un hombre que prioriza la vía bilateral para hacer valer la asimetría de poder que le proporciona representar a la mayor potencia global.
México es, posiblemente, el país que más debe prepararse para esta nueva etapa. Trump ha amenazado con imponer altos aranceles a los productos mexicanos y transformar la revisión del T-MEC, programada para 2026, en una «renegociación» del acuerdo, con un enfoque en modificar las reglas del comercio automotriz.
Su promesa de deportación masiva es costosa y difícil de implementar; pero él buscará ir tan lejos como le sea posible para cumplirle a su electorado. Además, ha insinuado la posibilidad de una intervención militar contra los cárteles de la droga en nuestro país. No hay que subestimar los riesgos. La Presidenta Claudia Sheinbaum deberá navegar cuidadosamente este panorama.
El mundo ha llegado al fin de una era; diversos actores buscan redibujar las fronteras del poder global. Esta dinámica está generando tensiones y conflictos en diversas regiones y, me atrevo a decir que, antes de haber más paz habrá más guerras. En medio de esta volatilidad, el regreso de Trump marca un nuevo capítulo, uno en el que la presencia de Estados Unidos en el mundo -para bien o para mal- se desdibujará y el multilateralismo quedará herido de muerte. El desafío ahora es entender cómo cada país responderá a estos cambios, y cuál es la mejor estrategia para México.
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