Por Agustin Peña Cruz | Noticiaspc.com.mx
Ciudad Victoria, Tamps.- La semana marcó un giro en la narrativa política de las ciudades hermanas de Ciudad Madero y Altamira. Mientras el alcalde Erasmo González Robledo llamó a la unidad y resaltó la importancia del trabajo colectivo en el gobierno, su homólogo de Altamira, Armando Martínez Manríquez, enfrentó tensiones internas en su administración, señalando intereses particulares que buscan desviar el rumbo del proyecto municipal.
Erasmo González, líder experimentado en acuerdos políticos, resaltó la relevancia de proyectar un frente unido. “Es importante que nos sigan viendo, trabajando a favor de la ciudad y de nuestras ciudades hermanas,” afirmó durante un evento público que congregó a su cabildo completo, a representantes empresariales, académicos y sociales.
Cabe precisar que el énfasis en la unidad fue claro: la armonía en el cabildo y la colaboración intersectorial son esenciales para consolidar un gobierno sólido y efectivo.
Por otro lado, Armando Martínez reconoció tensiones dentro de su administración reelecta. Durante una jornada asistencial, el alcalde hizo un llamado contundente a la ciudadanía para respaldar su labor, alejándose de los intereses particulares que, según él, algunos regidores del periodo anterior intentan imponer.
“La voracidad quiere imponerse a lo que verdaderamente debe ser un servidor público”, expresó.
Además, reiteró su compromiso con las causas sociales y la transformación de Altamira, asegurando que el respaldo ciudadano en las urnas guía su mandato.
Ambos alcaldes dejaron en claro sus prioridades: Erasmo González, con su visión de unidad para fortalecer a Ciudad Madero, y Armando Martínez, con su enfoque en la justicia social y la resistencia frente a intereses individuales, emitiendo un mensaje tranquilo que el voto de los rebeldes posiblemente no cuenta.
Al consultar con un experto en materia de administración pública, señaló que la inconformidad de síndicos y regidores en Altamira podría estar motivada por la implementación de un cobro de impuestos calificados como infundados.
Además, que, este movimiento, según el analista, busca incrementar los recursos del gobierno local, pero golpea directamente a la economía de los ciudadanos altamirenses, generando un descontento que se refleja en las recientes tensiones dentro del cabildo.