JUGUETES BÉLICOS, GOBERNADORES CAÍDOS Y EL DILEMA DEL PISO PAREJO
Columna: “Conciencia Ciudadana”
Por: Luis Armando González Isas
La Ciudad de México volvió a encender una discusión que cada tanto reaparece: la diputada del Partido Verde, Rebeca Peralta León, propuso prohibir la venta y exhibición de juguetes que imiten armas de fuego. El argumento es conocido: evitar que niñas y niños normalicen la violencia desde pequeños. La novedad fue la reacción. Bastó que en redes circulara la idea no confirmada en el texto de la iniciativa de que hasta las pistolas de agua podrían estar incluidas, para que el debate escalara a niveles desproporcionados. Una vez más, lo simbólico desbordó a lo legislativo.
Mientras la capital discutía juguetes, el país enfrentaba un reacomodo mucho más profundo. Donald Trump, fiel a su estilo, insistió en que estaría dispuesto a ordenar ataques militares contra cárteles dentro de México y Colombia, comparándolos con operativos en el Caribe y el Pacífico. Sin pruebas, sin detalles, pero con la contundencia retórica que lo caracteriza. México, de nuevo, aparece en su narrativa más como escenario que como socio.
A nivel interno, la sorpresa de la semana fue la detención del exgobernador de Chihuahua, César Duarte, cuya orden de aprehensión llevaba congelada desde 2024. Con Ernestina Godoy al frente de la Fiscalía, el expediente avanzó como si siempre hubiera estado listo. En México, la justicia no siempre llega tarde; a veces simplemente espera el momento político adecuado.
Y en Tamaulipas, el guion se sigue escribiendo. Morena presentó una denuncia más contra Francisco García Cabeza de Vaca por presunto huachicoleo fiscal y entregó más de 100 mil firmas en la Suprema Corte para que el exgobernador enfrente la justicia. No es vinculante, pero sí demuestra que el tema sigue vivo entre la ciudadanía. El expediente quedó en manos de la ministra Lenia Batres, y su proyecto marcará el rumbo del 2026.
En medio de estas presiones, Cabeza de Vaca apareció presumiendo un supuesto nombramiento del PAN para representarlo en asuntos de América del Norte. El propio PAN terminó desmintiendo la versión. Quien presume un cargo que no tiene no busca protagonismo, sino refugio. Su presunta cercanía con autoridades estadounidenses ya no le funciona como escudo, y por eso volvió a tocar la puerta del mismo partido al que había criticado cuando se sentía intocable.
Así avanza el país: entre debates simbólicos, amenazas externas, exgobernadores detenidos y expedientes que se descongelan según el acomodo de las piezas. Pero frente a todo este ruido, la pregunta que de verdad importa sigue siendo la misma:
¿Habrá piso parejo para todos o solo para quienes ya no tienen poder?
Porque mientras la justicia actúe con energías selectivas dura con unos, prudente con otros seguirá siendo vista como un instrumento político y no como una institución del Estado.
Por hoy es todo, y me despido con una frase:
“La informalidad es la madre de los problemas que después nadie quiere reconocer.”
Nos leemos en la próxima.
