Autor:cMtro.
Daniel Alejandro Peñaloza Medellín *Del
colectivo “AMAT-Unamos la voz por la tierra”.
La participación ciudadana en Tamaulipas es un tema de
importancia, hablar de ella es hablar de democracia que es en la actualidad
nuestro régimen político. Fue necesario pasar por distintas revoluciones para implantar
este concepto en la conciencia social e integrarlo en las constituciones
nacionales. Sin embargo, este es un camino inconcluso, ya que el ciudadano, al
parecer, no se involucra lo suficiente en la problemática común ni se decide a
enfrentarla. O bien, las instituciones encargadas de generar las condiciones
adecuadas para el desarrollo democrático no son eficientes. Tal es el caso de
las denuncias ambientales ante la Procuraduría Federal de Protección Ambiental
en Tamaulipas.
En este sentido es curioso observar
que las denuncias ambientales en Tamaulipas disminuyeron del 2010 al 2016 de
103 a solo 44 (PROFEPA). Representando en el último año con la participación de
solo el 0.8% en la región noreste. En contraste, las otras dos entidades en el
noreste de México han mostrado un incremento. Como por ejemplo Nuevo León, pasó
de 1,002 casos en el 2010 a 5,231 en el 2016. En este sentido es que importa la
reflexión sobre cuáles son los motivos a esta baja de denuncias dentro de la
entidad federativa.
Podría argumentarse que este fenómeno
se debe a una disminución de la población en los últimos años. No obstante, los
datos demuestran lo contrario: en el año 2000, el número total de habitantes en
Tamaulipas era de 2 millones 753 mil personas y en el 2015 la cifra llegó a 3
millones 441 mil (INEGI).
Otro motivo podría ser la inexistencia
de problemas ambientales en el Estado. Sin embargo, la evidencia demuestra que
hay diferentes tipos de conflictos ambientales en territorio tamaulipeco, por
ejemplo, el desarrollo urbano e industrial desordenado en la zona metropolitana
de Tampico, Madero y Altamira (Vera, 2011; Batres 2012). Lo mismo ocurre en las
ciudades fronterizas; ahí el impacto ambiental ocasionado por la industria
pesada ha sido uno de los principales retos a los que se enfrentan los pocos
grupos organizados de corte ambientalista. Como también la región central del Estado
no escapa a los daños que causa la industria (Trujeque 1999; Hernández 2014).
En el municipio de San Fernando se
tienen indicios de posibles conflictos derivados de la extracción y explotación
de hidrocarburos. En dicha zona los ejidatarios de la Central Cardenista Campesina
han buscado vías de entendimiento con las empresas a cargo de estos trabajos y
con las autoridades responsables. Ante la ausencia de mecanismos de
conciliación y subsanación, los productores han formado alianzas con organizaciones
civiles, tal es el caso del colectivo Alianza Nacional contra el Fracking
(Padilla, 2016; Reyes Vázquez, 2016). De acuerdo con los comuneros, la técnica
de perforación está causando enfermedades en los ejidos Práxedis Balboa, Laguna
de San Juan, Santa Gertrudis Misión del Norte Francisco J. Mujica, así como en
los poblados pesqueros de Carbajal y el Barrancón del Tío Blas (Vázquez, 2016).
También pudiera haber otras causas
del ínfimo número de denuncias ambientales en la entidad. Una de ellas es que
las instituciones gubernamentales no
favorecen el uso de mecanismos de participación ciudadana. Otra sería el
desinterés del propio ciudadano o su falta de conocimientos sobre estos
mecanismos de vinculación social.
En Tamaulipas existen grandes retos en
cuanto al fortalecimiento de la democracia. Es necesario recalcar que vivimos
en un orden social donde la participación ciudadana es importante, como señala
el artículo 30 de la Constitución: “La
soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo. Todo poder
público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste […]”. Como
sociedad, no hemos culminado la transición ante esta forma de gobierno, se debe
de cambiar la mentalidad del creer que la democracia solo es generar votos para
elegir al siguiente representante. Se necesita la participación activa de todo
ciudadano en un margen positivo buscando la solución de la problemáticas las
cuales se susciten. Como también contar con un gobierno que garantice la
seguridad de este mismo y otorgue mecanismos eficientes de participación
cívica.
Es deber del Estado el generar la
estructura capaz de apoyar a los ciudadanos a la solución de las controversias,
pero también es responsabilidad del ciudadano el buscar el solucionarlas.
Vivimos en tiempos en donde ya no es necesaria la discusión sobre si existe o
no existe un problema ambiental, es una realidad que acoge al planeta y en
comunidad debemos el buscar solucionarla.
Unamos la voz por la tierra
Correo: [email protected]