Tres misioneros, entre ellos la hija y el yerno de un legislador de Estados Unidos, fueron asesinados en Haití, sumándose a las miles de víctimas a manos de las bandas armadas cuya violencia intentará frenar la misión multinacional de apoyo a la seguridad, liderada por Kenia y que se espera llegue en breve al país.
Según confirmó este viernes la organización Misiones en Haití, los hechos ocurrieron cuando bandidos armados llegaron el jueves, a bordo de tres vehículos, a un orfanato que alberga a decenas de niños en Lison 49, en Plaine, al norte de Puerto Príncipe, bajo el control de las pandillas desde hace meses
Allí se encontraban Natalie y Davy Lloyd, la hija y el yerno del legislador republicano miembro de la Cámara de Representantes local del estado de Misuri Ben Baker, y una tercera persona cuya identidad no ha sido divulgada y que algunos medios señalan como un pastor local.
Ante la noticia, la Casa Blanca pidió el rápido despliegue de la misión multinacional porque, en palabras de un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, «la situación de seguridad en Haití no puede esperar».
Intentos infructuosos de evitar la matanza
El propio legislador Ben Baker comunicó también a través de las redes sociales la muerte de su hija y su yerno: «Mi corazón está partido en mil pedazos. Nunca había sentido este tipo de dolor (…) Fueron juntos al cielo. Por favor oren por mi familia, necesitamos fuerza desesperadamente. Y oren también por la familia Lloyd. No tengo otras palabras por ahora».
Asimismo, el expresidente y precandidato republicano a la Casa Blanca Donald Trump se hizo eco de lo ocurrido. «Dios bendiga a Davy y Natalie. Qué tragedia. Haití está totalmente fuera de control. ¡¡¡Encuentra a los asesinos AHORA!!!», escribió en Truth Social.
Una noticia calificada de «triste» por Misiones en Haití, organización fundada en el año 2000 por los padres de Davy Lloyd y que, cuando se produjo el ataque, lanzó llamadas de socorro ante lo que estaba ocurriendo, además de intentar, sin éxito, evacuar a las víctimas y negociar con los pandilleros para evitar que las mataran.
«Les dispararon a todas las ventanas de la casa y siguen disparando. Sus vidas están en peligro», advirtió entonces Misiones en Haití en un sobrecogedor mensaje.
Apoyo estadounidense a la misión multinacional
Todo ello se produjo el mismo día en que en la Casa Blanca se reunían el presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo de Kenia, William Ruto.
En rueda de prensa, Biden prometió apoyo logístico a la misión multinacional de seguridad, pero reiteró que no enviará soldados a Haití.
En opinión de Biden, la de Haití es una crisis «muy volátil» con la que «podemos lidiar a través de una estrategia multinacional, con Kenia liderándola y nosotros proveyendo la inteligencia y el equipamiento», pero sin fuerzas estadounidenses sobre el terreno.
En concreto, la Administración de Biden ha comprometido 300 millones de dólares para el despliegue de esa fuerza y ha calculado que dicha misión tendrá un coste anual de entre 500 y 600 millones, por lo que ha presionado a sus aliados para que realicen más aportaciones.
Por su parte, Ruto destacó la demostración del «compromiso de Kenia con la paz y seguridad» que supone el despliegue de 1.000 efectivos de ese país.
Kenia liderará una fuerza con unos 2.500 miembros de países de distintos continentes para hacer frente a las bandas «de manera decisiva dentro de los parámetros de la ley, y para eso estamos construyendo una coalición de naciones», dijo Ruto.
Violencia creciente en Haití
Esa misión multinacional de ayuda a la seguridad obtuvo el visto bueno de la ONU en octubre pasado, poco después de que el entonces primer ministro haitiano, Ariel Henry, pidiera con urgencia el envío de una fuerza internacional ante la violencia en el país.
Si entonces la violencia presentaba ya cotas muy elevadas con matanzas, ataques, violaciones y secuestros a manos de las bandas armadas, se incrementó aún más desde finales de febrero de este año, en especial en el área metropolitana de Puerto Príncipe.
La crisis política, social y económica y la escalada de la violencia se han traducido en numerosos cambios en Haití, con consecuencias como la dimisión de Henry y la creación de un Consejo Presidencial de Transición, que debe llevar a la celebración de elecciones presidenciales.
Solo el año pasado la violencia causó 8.000 víctimas en Haití, donde las bandas controlan gran parte de Puerto Príncipe y otras zonas del país.