La próxima Administración enfrentará una seria necesidad de impulsar una reforma fiscal y la mala situación financiera de Pemex, alertó UBS de cara a las elecciones de este 2 de junio.
Aunque México demostró disciplina fiscal en los primeros años del Gobierno del Presidente López Obrador, los últimos acontecimientos indican una tendencia más preocupante, señaló en un análisis Alejo Czerwonko, director de Inversiones de Mercados Emergentes para las Américas.
Recordó que la Secretaría de Hacienda estima que el déficit público alcanzará casi el 6 por ciento del PIB este año, el más alto en más de tres décadas.
«(Ante ello), existe una seria necesidad de reforma fiscal para aumentar los bajos ingresos», dijo en el análisis «¿Ha llegado por fin el momento de México?», escrito en coautoría con Solita Marcelli, directora de Inversiones para América.
Además, la nueva Administración también tendrá que revisar la estrategia de Pemex, ya que la petrolera nacional ha estado recibiendo una media del 1 por ciento del PIB en ayuda financiera anual del Gobierno central.
Sostuvo que con un repunte de las amortizaciones de deuda en 2026, mayores necesidades de inversión, una producción de petróleo en mínimos históricos y una refinación que sigue siendo una operación deficitaria para la empresa, los cambios estructurales en la empresa son primordiales.
Añadió que México también tiene aspectos positivos como indicadores macroeconómicos actuales que dibujan un panorama de resistencia y estabilidad.
En ese sentido, enfatizó que la actividad económica se expande a un ritmo constante.
Pese a estos aspectos, el País enfrenta serios retos de gobernabilidad y seguridad a mediano plazo que la próxima Administración deberá abordar, resaltaron.
«Los indicadores de gobernabilidad que miden el progreso en áreas como el Estado de derecho, el control de la corrupción, la estabilidad política, la voz y la rendición de cuentas, la efectividad gubernamental y la calidad regulatoria, han disminuido en promedio en los últimos años», lamentaron.
El crimen organizado también ha profundizado su penetración en el País, y los indicadores de seguridad pública están en mal estado y empeorando.