Con apenas 21 años, Diego Luna se ha convertido en la gran revelación del equipo de Mauricio Pochettino en la Copa Oro, un torneo en el que su talento y sus goles han impulsado a Estados Unidos hasta la gran final… precisamente contra México, el país que lleva en la sangre pero al que decidió no representar.
Nacido el 7 de septiembre de 2003 en Sunnyvale, California, Luna creció en un hogar marcado por la pasión futbolera. Sus padres son mexicanos, y aunque nunca ha negado sus raíces, desde muy pequeño se sintió más identificado con las ‘Barras y las Estrellas’. Esa elección lo ha llevado a vivir momentos que ahora parecen de cuento.
Un partido especial ante México
Este domingo, en Houston, Diego Luna se medirá en la final contra México, la selección que buscó reclutarlo sin éxito. Luna ha brillado en esta Copa Oro con tres goles y dos asistencias en cuatro partidos, y fue la figura en la semifinal ante Guatemala, anotando un doblete que selló el pase a la final.
Aunque en su momento Andrés Lillini intentó convencerlo para jugar con el ‘Tri’, Luna declinó la invitación. Su decisión no nació de un rechazo hacia México, sino de gratitud hacia el país que lo formó y le abrió las puertas.
Por qué eligió a Estados Unidos
En una entrevista de 2022 con el periodista Brian Sciaretta, Luna explicó que desde niño siempre vistió la camiseta de Estados Unidos, incluso cuando la mitad de su familia alentaba a México. “Lloraba cuando México nos metía gol”, recordó. Con el tiempo entendió que, aunque respetaba y amaba ser mexicano, había crecido en Estados Unidos. “Nací y me crie aquí, este país me dio lo que tengo ahora. Creo que es justo jugar para el país que me hizo quien soy”, confesó.
Un camino forjado con esfuerzo
Hijo menor de cuatro hermanos, Luna empezó a patear el balón desde muy pequeño, entrenado por su padre y su hermano hasta los 12 años. Consciente de que no destacaba en la escuela, se propuso triunfar como futbolista. Pasó por la academia de San Jose Earthquakes, aunque nunca se sintió cómodo allí, por lo que a los 15 años decidió mudarse a Arizona, lejos de su familia, para buscar mejores oportunidades.
Esa apuesta resultó clave: tras año y medio, llegó al El Paso Locomotive de la USL, donde en 43 partidos marcó 13 goles y dio 7 asistencias. Su rendimiento le abrió las puertas de las selecciones juveniles de Estados Unidos, con las que disputó torneos internacionales. En uno de esos partidos, ante México, incluso besó el escudo de Estados Unidos tras anotar.
De la USL a la MLS… y a la Copa Oro
En 2022, el Real Salt Lake lo fichó para la MLS. Desde entonces, Luna suma casi un centenar de partidos, 24 goles y 11 asistencias, cifras que captaron la atención de Pochettino para llevarlo a la Copa Oro, sobre todo ante la ausencia de Christian Pulisic.
Y no ha decepcionado. Luna se ha consolidado como el hombre clave del ataque estadounidense y ahora está a un paso de conquistar el torneo, aunque para lograrlo deberá enfrentar al país de sus padres.
